¿Por qué no vivimos el “hoy” como debe ser, y lo postergamos para disfrutarlo en otra ocasión?
Por Angelina Sánchez-Vilchis
A veces la vida se torna difícil porque no nos salen las cosas como deseamos, porque nos falta dinero, porque a lo mejor no viajamos como quisiéramos, porque no tenemos tal joya o mucha ropa… Estamos postergando vivir plenamente nuestra vida, estamos postergando nuestra felicidad. Decimos algo así como: “Mañana que tenga mi casa seré muy feliz”… “El día que mis hijos vayan a la universidad estaré realizada”… “Cuando me den este trabajo voy a estar dichosa…” o “Espero que me case por la iglesia, así podré compartir con una pareja…”
Pero no vivimos el “hoy” como debe ser, posponemos ser felices para mañana, para el futuro; que en verdad no sabemos cómo venga o cómo sea. No porque tenga que ser malo, en lo absoluto, sólo que dejamos la felicidad para otras ocasiones, cuando los seres humanos sólo tenemos el hoy para vivir, para gozar de nuestra existencia, porque el mañana sí existe y sí será maravilloso, pero sólo si el hoy lo vivimos plenamente. Sólo si hoy decidimos estar felices no esperando a que pase algo o a que tengamos algo material.
La felicidad es vivir el día de hoy plenamente, sin esperar a mañana, es sentir el aire en nuestro rostro; es ver a nuestros hijos crecer, sonreír; es disfrutar de nuestro espacio antes de que construyamos nuestra casa; es estar bien aunque no tengamos ese trabajo que tanto hemos esperado; es compartir con la pareja aunque no nos proponga matrimonio; pero siempre disfrutando cada instante nuestra existencia basada por supuesto en el día de “hoy”.
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