muchas felicidades. La pasé muy bien leyendo acerca de tu filosofía orgásmica. Me alegro mucho de que hayas inaugurado este foro de libre pensamiento, en el que con tu afilada y precisa pluma, sé, nos mantendrás muy divertidas, entretenidas e informadas.
Angelina, te felicito; yo no he abierto un blogg, y creo que me estoy quedando atrasado. En cuanto al tema de hacer daño a las personas, ay! No estoy de acuerdo en nada!!! Qué poco debemos ser o sentirnos para otorgarle a un tercero y ajeno a mi, la capacidad de dañarme con sus actos! Me explico mejor: cuando alguien me dice: "Te enojaste conmigo?", inmediatamente salto y respondo con la misma agresividad: "Qué soberbia! De verdad crees que eres tan importante en mi vida como para provocar que yo me enoje?" NO entiendo a quienes piensan que algo o alguien fuera de mi mismo pueda provocar emociones de esa naturaleza: enojo, dolor, sufrimiento... Creo, tan sólo creo y estoy convencido de ello, que cuando uno sabe quién es; cuando uno sabe lo qué es; cuando uno tiene una paz interior absoluta, no importa lo que suceda fuera de mi, porque yo siempre voy a estar bien. ¿Recuerdas cuando eras pequeñita y te enojabas con tu primita porque te quitaba tus juguetes, y tu mamá y tu tía se peleaban porque decía una a la otra: tu hija es una abusiva, mira que hacerle eso a la niña!!! Quizá no lo recuerdes, pero hay familias que hasta dejan de hablarse por cosas como ésa, y quizá no recuerdes que, apenas transcurría media hora, tú y tu prima estaba hablándose de nuevo, ¡como si nada hubiera ocurrido! Y es que nada ocurría. De niña, estabas tan segura de lo que eras, tan en paz contigo misma, que eras capaz de perdonar (ojo, perdonar no en esa creencia soberbia de "soy tan chingón y tan benévolo, que te perdono!", sino de perdonar en el sentio de "olvidar y avanzar"; luego, cuando creciste, viste que mamá y la tía guardaban rencores acerca de ellas, de sus parejas, de sus amistades y hasta apenas se iba una, la otra hablaba mal de aquella. Como eso aprendimos, como eso vivimos, en términos generales toooodos, pues luego en nuestra edad adulta hasta somos capaces de defender esa creencia de que alguien más, un tercero ajeno a mí, tiene la capacidad de dañarme hasta con sus comentaros. No tienes que creer ni aceptar lo que yo diga o escriba; sólo quiero decirte que hace muuuuuchos años, bendito dios, encontré la manera de resetearme y de ser feliz todo el tiempo, las 24 horas del día; llueva, truene o relampagué, yo soy feliz; hace muuuuuchos años que no me enojo con nadie más que conmigo (me enojo conmigo cuando cometo una estupidez que ya había cometido y me digo: pendejo, no aprendiste con la primera vez? Lo que no sucede cuando comento un nuevo error; eso, hasta lo disfruto, porque aprendo de mis errores para avanzar), así que he dejado de depositarle las riendas de mis emociones a terceras personas, lo cual me hace esponsable de lo que vivo, y ya no cuelgo responsabilidades en otros acerca de mis enojos, tristezas o alegrías. No tienes que creerme, pero hace años vivo muy feliz. Te quiero y te agradezco que me insistieras en leerte. Te mando miles de besos. Tu amigo: Víctor Hugo Sánchez.
Angelina,
ResponderEliminarmuchas felicidades. La pasé muy bien leyendo acerca de tu filosofía orgásmica. Me alegro mucho de que hayas inaugurado este foro de libre pensamiento, en el que con tu afilada y precisa pluma, sé, nos mantendrás muy divertidas, entretenidas e informadas.
Besos y suerte.
Sagrario Saraid
Gracias a todos en verdad por sus comentarios... Enriquecen mi alma!!!!!
ResponderEliminarAngelina, te felicito; yo no he abierto un blogg, y creo que me estoy quedando atrasado.
ResponderEliminarEn cuanto al tema de hacer daño a las personas, ay! No estoy de acuerdo en nada!!!
Qué poco debemos ser o sentirnos para otorgarle a un tercero y ajeno a mi, la capacidad de dañarme con sus actos!
Me explico mejor: cuando alguien me dice: "Te enojaste conmigo?", inmediatamente salto y respondo con la misma agresividad: "Qué soberbia! De verdad crees que eres tan importante en mi vida como para provocar que yo me enoje?"
NO entiendo a quienes piensan que algo o alguien fuera de mi mismo pueda provocar emociones de esa naturaleza: enojo, dolor, sufrimiento...
Creo, tan sólo creo y estoy convencido de ello, que cuando uno sabe quién es; cuando uno sabe lo qué es; cuando uno tiene una paz interior absoluta, no importa lo que suceda fuera de mi, porque yo siempre voy a estar bien.
¿Recuerdas cuando eras pequeñita y te enojabas con tu primita porque te quitaba tus juguetes, y tu mamá y tu tía se peleaban porque decía una a la otra: tu hija es una abusiva, mira que hacerle eso a la niña!!! Quizá no lo recuerdes, pero hay familias que hasta dejan de hablarse por cosas como ésa, y quizá no recuerdes que, apenas transcurría media hora, tú y tu prima estaba hablándose de nuevo, ¡como si nada hubiera ocurrido!
Y es que nada ocurría.
De niña, estabas tan segura de lo que eras, tan en paz contigo misma, que eras capaz de perdonar (ojo, perdonar no en esa creencia soberbia de "soy tan chingón y tan benévolo, que te perdono!", sino de perdonar en el sentio de "olvidar y avanzar"; luego, cuando creciste, viste que mamá y la tía guardaban rencores acerca de ellas, de sus parejas, de sus amistades y hasta apenas se iba una, la otra hablaba mal de aquella. Como eso aprendimos, como eso vivimos, en términos generales toooodos, pues luego en nuestra edad adulta hasta somos capaces de defender esa creencia de que alguien más, un tercero ajeno a mí, tiene la capacidad de dañarme hasta con sus comentaros.
No tienes que creer ni aceptar lo que yo diga o escriba; sólo quiero decirte que hace muuuuuchos años, bendito dios, encontré la manera de resetearme y de ser feliz todo el tiempo, las 24 horas del día; llueva, truene o relampagué, yo soy feliz; hace muuuuuchos años que no me enojo con nadie más que conmigo (me enojo conmigo cuando cometo una estupidez que ya había cometido y me digo: pendejo, no aprendiste con la primera vez? Lo que no sucede cuando comento un nuevo error; eso, hasta lo disfruto, porque aprendo de mis errores para avanzar), así que he dejado de depositarle las riendas de mis emociones a terceras personas, lo cual me hace esponsable de lo que vivo, y ya no cuelgo responsabilidades en otros acerca de mis enojos, tristezas o alegrías.
No tienes que creerme, pero hace años vivo muy feliz.
Te quiero y te agradezco que me insistieras en leerte.
Te mando miles de besos.
Tu amigo: Víctor Hugo Sánchez.